jueves, 28 de junio de 2012

La Fe Resucita Muertos

ESTABA entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Bethania, la aldea de María y de Marta su hermana; (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, era la que ungió al Señor con ungüento, y limpió sus pies con sus cabellos) Enviaron, pues, sus hermanas á él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo.

Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, mas por gloria de Dios, para que el Hijo de EL-ELYÓN sea glorificado por ella, y amaba Jesús á Marta, y á su hermana, y á Lázaro, Como oyó pues que estaba enfermo, se quedó aún dos días en aquel lugar donde estaba, Luego, después de esto, dijo á los discípulos: Vamos á Judea otra vez.

Le dicen los discípulos: Rabbí, ahora procuraban los Judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anduviere de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo, Mas el que anduviere de noche, tropieza, porque no hay luz en él.

Dicho esto, díceles después: Lázaro nuestro amigo duerme; mas voy á despertarle del sueño, dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, salvo estará, mas esto decía Jesús de la muerte de él: y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño.

Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro es muerto; y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis: mas vamos á él; Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, á sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.

Vino pues Jesús, y halló que había ya cuatro días que estaba en el sepulcro, y Bethania estaba cerca de Jerusalem, como quince estadios, muchos de los Judíos habían venido á Marta y á María, á consolarlas de su hermano.

Entonces Marta, como oyó que Jesús venía, salió á encontrarle; mas María se estuvo en casa, y Marta dijo á Jesús: Señor, si tú hubieses estado aquí, mi hermano no fuera muerto,mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios.

Le dice Jesús: Resucitará tu hermano; Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero, le díce Jesús: Yo soy la Resurrección y la Vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Ella le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres El Mesías, El Hijo del EL-ELYÓN, que has venido al mundo, y esto dicho, ella se fue y llamó en secreto á María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama, Ella, cuando lo oyó, se levantó prontamente y viene á Él, (porque aun no había llegado Jesús á la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.)

Entonces los amigos Judíos, que estaban en casa con ella, y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado prestamente, y había salido,la siguieron, diciendo: Ella va para el sepulcro á llorar allí, pero María, cuando vino donde estaba Jesús, viéndole, se postro á sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto.

Jesús entonces, como la vió llorando, y á los Judíos que habían venido juntamente con ella llorando también, se conmovió en espíritu, y se entristeció,y dijo: ¿Dónde le pusisteis? le dicen : Señor, ven, y ve, y lloró Jesús.

Dijeron entonces los Judíos: Mirad cómo le amaba, y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera? pero Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro, y la tumba era una cueva, la cual tenía una piedra encima.

Dice Jesús: Quitad la piedra; Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días, Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, tú verás la Gloria de ELOHIM?

Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído; Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que ellos crean que tú me has enviado;

Y habiendo dicho estas cosas, clamó á gran voz: Lázaro, ven fuera, y aquel que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario, les díce Jesús: Desatadle, y dejadle ir; Entonces muchos de los Judíos que habían venido á María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en Él. !Amén y Amén!

Lectura Bíblica: Evangelio de Juan (11:1-45); Versión adaptada de la Biblia RV-1960 de S.B.U.


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