No Te Rindas

Si la ansiedad te quiere venir y no tienes respuesta o crees que Dios no te escucha, ni le importas, recuerda que en la cruz, Jesús se sintió igual y no se bajó por amor a nosotros. Si te sientes triste y piensas que a nadie le interesas, si crees que estás solo, si te sientes cansado y con deseos de rendirte, acuérdale del día que Jesús se sintió solo y triste, pero no se rindió porque nosotros lo necesitábamos a él. Recordemos que somos bendecidos cuando ponemos en Dios nuestras fuerzas, porque aún cuando atravesemos el valle de lágrimas, él nos asegura la victoria si permanecemos junto a él. El es nuestro Dios quien enjuga nuestras lágrimas, quien nos ayuda, nos fortalece, y quien va delante de nosotros como poderoso guerrero. Por esto, nadie nos podrá hacer frente pues Dios es el que pelea nuestras batallas.